El Camino sin Límites
- Jorge de México
- 6 jul
- 4 Min. de lectura

Tantas veredas… ¿será un mismo camino?
¿Será que las crisis existenciales nunca paran? ¿¡Qué hago de mi vida!?¿Logramos hacer lo que queremos, pero luego queremos otra cosa?¿Queremos hacer lo mismo el resto de nuestra vida?
Cada cierto tiempo estas preguntas regresan…Mi vida ha estado en constante cambio de actividades, lo cual ha sido increíble. Les cuento un poco:
De profesión, elegí estudiar ingeniería geológica y trabajé en proyectos de consultoría. Viajé muchísimo por el mundo. Tenía estabilidad, logros… pero algo me faltaba. Sentía esas ganas de algo más. Así que decidí hacer una maestría en geología urbana en España. Durante esos dos años viajé bastante y participé en varios voluntariados para poder sostener ese estilo de vida.

Entonces volvió la pregunta: ¿Qué hago de mi vida?¿Aplicaba mi profesión o dejaba todo por la vida de viajero?
Decidí regresar a México y trabajar en el campo de la geología. Como extra, entré al activismo político, dando consultoría y opinión en una asociación civil. Nuevamente: estabilidad y logros.Dos años después, comencé a aburrirme de mi trabajo… y llegó la pandemia. Otra crisis, otra pausa para preguntarme: ¿qué hacer?, ¿qué pasará con el mundo?
En esa temporada dejé la ingeniería y trabajé en el negocio familiar de venta de seguros. Con unos ahorros, inicié un tostador de café con amigos, mientras seguía asesorando como geólogo urbano en la asociacióni. En 2020 conocí a Sadhguru por YouTube (¡gracias a un terapeuta que me lo recomendó!).

Logré un equilibrio entre tres trabajos diferentes, abrí comunidades, comencé a escalar en roca, hacía yoga, artes plásticas, talleres de jarana (una especie de ukulele tradicional mexicano)…Y en 2025:
Sigo con el trabajo de los seguros (me da libertad y estabilidad).
Continúo impulsando el negocio del café, operando una cafetería y tostando.
El activismo político y la consultoría geológica se pausaron… y con eso, volvió la gran pregunta:¿Qué hacer de mi vida?, ¿debo elegir una sola cosa?, ¿dedicarme por completo a algo?
Una amiga abrió un centro de meditación y yoga, y me sugirió que empiece a enseñar. Le dije que me encantaría, pero que no tengo formación. Ahí nació una nueva idea: hacer la formación como maestro de Hatha Yoga en Isha.
Pero entonces vinieron los cuestionamientos:¿Dejo todo y me convierto en maestro de yoga? ¿Abandono la geología y el café? ¿Puedo realmente vivir de eso?(Spoiler: el negocio de los seguros lo quiero mantener. Es estable, me da libertad, y en este mundo capitalista, eso cuenta).
Con todos estos pensamientos en mente, tomé un taller de lectura de tarot y astrología. Le pregunté al guía: ¿A qué debo dedicarme? ¿Qué camino elegir?
Me dijo algo que me marcó:
“La geología, el activismo y la política te apasionan, se nota. Pero hoy, en México, es complejo accionar o materializar propuestas. No tienes control sobre eso. En cambio, con el yoga tú decides: dónde aprendes, hasta dónde enseñas, y cuánto te entregas. No hay límites externos. Solo estás tú. Ya lo elegiste, lo dijiste muy seguro. Entonces sigue ese camino sin límites”.
Ese mensaje fue un flashazo. Y poco después, algo se materializó.
Desde la barra de la cafetería vi a un colega. Crucé a saludarlo. Me pasó el contacto de un arquitecto del barrio para tejer redes. Unas semanas después nos conocimos, y aunque no surgió nada concreto, fue un lindo encuentro. Días más tarde me avisó de una recolección de firmas contra un proyecto comercial que afectaría al vecindario. Fui pensando en firmar y ya. Pero allí estaba la directora de vialidad y comercio. Le hablé de un proyecto de ampliación de parque que hice hace años. Me dijo que justo buscaba algo así.
La contacté, aún no obtengo respuesta. Pero me asombra lo bien que pude materializar un pensamiento, cómo mis decisiones me llevaron ahí. Y si bien aún no ocurre nada concreto, me quedo con la enseñanza de Sadhguru: A veces, aunque uno quiera hacer algo, simplemente no se puede en ese momento. Y está bien. Hay que aceptar, sin frustración.
¿Y qué haré de mi vida? Seguiré trazando mi camino. No tengo por qué elegir uno solo.
Quiero continuar en el negocio de los seguros: me da estabilidad, tiempo libre y trabajo con mi familia.
Seguiré con la cafetería: creo comunidad, aprendo sobre café, gastronomía y hospitalidad.
En geología/política: si surgen oportunidades, las tomaré. Mientras tanto, investigaré por mi cuenta y escribiré artículos de opinión para publicar.
Y haré el intento de ingresar al programa de formación de Hatha Yoga Clásico en Isha en 2026.
No concluyo en nada, porque esto siempre está cambiando.Y eso también está bien.
Al final, no importa si haces una o diez cosas. Mientras te nutran, mientras expandan tu experiencia de vida, vale la pena.

Ah, y no lo conté mucho… pero para surfear todas estas crisis existenciales, mis prácticas de Yoga ha sido fundamental: Me ha dado equilibrio, me ha estabilizado, me ha ahorrado estrés, ansiedad…y me ha ayudado a ver todo desde una nueva perspectiva.
Comentarios