Del fracaso a la revelación
- Isabel de Ecuador
- 15 feb
- 2 Min. de lectura
Un viaje de yoga y transformación

A veces, creemos que hemos fracasado, pero en realidad estamos en el camino hacia una revelación mayor. Este es mi viaje a través del yoga, el autoconocimiento y una transformación inesperada.
Mi camino hacia el interior comenzó con Isha Kriya . Durante aproximadamente un año, intenté seguir las instrucciones al pie de la letra.
Al principio, no sentía grandes resultados, pero finalmente, después de un largo viaje, sucedió lo que Sadhguru prometía.
Luego tomé Ingeniería Interior con Shambhavi Mahamudra. Aunque al inicio me costó, me mantuve firme en el proceso. La vida comenzó a volverse más bonita, pero aún sentía que algo faltaba.
En ese momento, mi esposo fue aceptado en el programa Sadhanapada. Yo no quería acompañarlo porque no sabía inglés y me sentía muy incómoda con la idea. Una amiga me convenció diciéndome que el Ashram era más amigable de lo que imaginaba y que muchas personas tampoco hablaban inglés.
Intento fallido
Finalmente, tomé la decisión de ir. Compré los pasajes desde Ecuador, pero problemas con la visa en México me hicieron perder los vuelos. Me sentí derrotada y decidí que nunca iría a la India.
Sin embargo, mi esposo insistió en acompañarme para asegurarme un viaje sin problemas. Acepté y decidí registrarme como voluntaria a largo plazo mientras él hacía su programa.
Frustración y reflexión
Una vez en el Centro de Isha Yoga, en el Ashram, participé en todos los programas, incluido Samyama. Sin embargo, salí frustrada, pensando que nada había valido la pena. Decidí regresar sola a Ecuador, sintiendo que había desperdiciado el viaje.
En el camino, recordé las experiencias positivas de los participantes del Sadhanapada. Esa memoria me impulsó a dar un último intento. Mi inglés había mejorado, así que me inscribí a Sadhanapada 2024 y me aceptaron.
Un nuevo intento
Durante el programa de Sadhanapada, todo empezó a cambiar:
Superé límites mentales y físicos.
Mi dolor de espalda mejoró; pasé de no poder caminar por mucho tiempo a caminar varias horas sin problema.
La relación con mi esposo mejoró cuando comencé a responsabilizarme de mi propio interior.
Mi salud mejoró drásticamente: dejé de enfermarme y me sentía con mayor energía.
Todo marchaba sobre ruedas, pero aún sentía que faltaba algo.

El verdadero cambio
Decidí inscribirme en Samyama Sadhana, aunque tenía dudas sobre si mi cuerpo podría soportar estar sentada cinco días. A pesar del miedo, continué.
Al final del programa —que más bien fue el inicio de todo— entendí lo que Sadhguru había estado mostrándome: el camino siempre había estado ahí.
Todas las veces que practiqué Isha Kriya y cada paso que di no fueron en vano. Sadhguru me mostró el camino una y otra vez, hasta que finalmente lo vi en Samyama Sadhana. Nunca tomé una decisión completamente consciente; siempre fui empujada hacia lo mismo.

Un viaje sin precio
Podría escribir una larga lista de beneficios físicos, superación de dificultades y capacidades adquiridas, pero lo más valioso ha sido encontrar el camino. Saber que Sadhguru siempre estuvo empujándome hasta descubrirlo no tiene precio en este mundo.
¿Has vivido una experiencia similar? Me encantaría leer tu historia en los comentarios.
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