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El viaje desde la Ayahuasca al Yoga


Hace aproximadamente 3 años, mi esposa y yo, decidimos hacer Ingeniería Interior online, después de haber visto múltiples videos de Sadhguru y entender que queríamos saber un poco más sobre todo eso de lo que él hablaba. ¿Qué hay más allá del cuerpo y la mente? Si no soy nada de eso, ¿qué soy yo? Definitivamente intrigante.


Así que nos inscribimos y empezamos a hacerlo muy emocionados. La fecha del programa, coincidió con un viaje a México que teníamos planeado ya hace unos meses atrás, pero aún así no queríamos dejar de hacerlo, porque cada día que pasábamos haciéndolo, era muy emocionante, pues no habíamos vivido algo similar hasta el momento.


El contexto de las experiencias anteriores se remonta a los orígenes de nuestro país, Colombia, ya que allí se utilizan muchas "plantas medicinales", que podrían considerarse como psicoactivas, por lo tanto, las personas normalmente creen que este tipo de plantas son para uso recreacional y para tener un "buen viaje", pero si utilizas estas plantas de esa forma, generalmente la vas a pasar muy mal.


Así que nos acercamos a estas plantas desde la misma búsqueda y curiosidad espiritual que ahora nos trae al yoga, pero en ese momento, yo no entendía que las experiencias con "medicinas" y la espiritualidad son cosas completamente distintas, así que quise indagar muchísimo más en ello y durante bastante tiempo, tomé mucha "medicina", y de todo tipo. Fue una gran experiencia, pues el acercamiento que se tiene con la naturaleza y su sabiduría al usar este tipo de medicinas es impresionante.


Ayahuasca

El ejemplo más claro de este tipo de plantas medicinales es el yagé, más conocido como ayahuasca. Con este tipo de "medicina" (se le llama medicina, ya que justamente se toma este brebaje para poder sanar tu cuerpo, tu mente o tu espíritu) puedes experimentar sensaciones aumentadas en todo tu cuerpo y sentidos, y tu mente puede experimentar cosas que nunca habrías considerado posibles.

Al tener tus sentidos expandidos, fácilmente puedes ver cosas que normalmente no ves, oler cosas que normalmente no percibirías, escuchar cosas que definitivamente no podrías escuchar normalmente, sentir e incluso degustar cosas que en un estado normal no sentirías o degustarías.


Recuerdo que en mi primera experiencia con esta medicina ancestral, tuve el primer acercamiento a lo que es alejarse de la mente, pues al tomarla empecé a observar cómo mi mente hablaba y hablaba y se enredaba en miles de cosas, pero al parecer yo solo estaba en la distancia, viendo todo, sin participar.

Muy interesante de hecho, pero después de un rato fue imposible no estar completamente sumergido en un mar de colores y mandalas, que iban tomando formas variadas de animales y plantas. Todo muy lleno de selva pero colorido, muuuy colorido. Colores que no están en nuestro espectro normal de visión. Pero para mi sorpresa, cuando empecé a ver bichos, sentí malestar y tuve que salir corriendo a "aliviar" (vomitar) y cuando abrí los ojos, esos colores que eran tan distintos a los de la visión normal, también estaban allí en el mundo exterior.


En cada toma de yagé la experiencia es distinta y según los abuelos, "la medicina te pone a trabajar" en cosas distintas cada vez, para así sanar eso que estás trabajando. Sin embargo, hay cosas que suceden que no tienen sentido aparente, como por ejemplo, una de las tomas más hermosas que tuve fue con una visión en la que se me presentaba un pequeño zorrito juguetón, que me hacía seguirlo por un camino que llevaba a unas escaleras enormes de madera en medio de la selva.

Después me decía (sin palabras) que subiera las escaleras, así que subí y cuando llegué a la parte más alta, que era una especie de mirador, de repente apareció un enorme venado y empezamos a hablar. Sin embargo, por alguna razón ahí se cortó todo. Sé que hablamos mucho tiempo y quedé maravillado y sorprendido, pero por alguna razón no recuerdo nada de ello. Misterioso. Sin embargo, mi sensación fue que ese encuentro fue muy especial y algo muy dentro de mí lo recuerda como una hermosa experiencia.


Más adelante, pude entender que este tipo de visiones y sensaciones aumentadas en el cuerpo y la mente tienen su consecuencia, pues unos días después tu energía está drenada totalmente y es fácil caer en estados emocionales irascibles o de depresión ya que el sistema está intentando equilibrarse nuevamente.

Básicamente, si tiras una pelota muy muy alto con todas tus fuerzas, igual en algún momento tiene que volver a caer, pero en este caso es como si la pelota se llenara de cosas mientras sube, así que cuando cae, puede ir mucho más abajo de lo que esperabas en un principio y no es fácil volver a sacarla a la superficie.


Al escuchar a Sadhguru de forma más regular, empecé lentamente a entender la realidad del funcionamiento de las "medicinas" y cómo mi propio cuerpo y mi propia mente, usando diferentes partes de sí mismos que hasta el momento no sabía usar de otra forma, también pueden generar este tipo de sensaciones aumentadas. Solo se trata de poner un poco más de atención a las cosas más sutiles.


Sadhguru hablaba de algo mucho más profundo y algo que iba mucho más allá de la mente y el cuerpo, así que llamó mi atención. ¿Cómo podía algo ser aún más profundo que todo lo que ya había experimentado con las plantas medicinales?


Lágrimas sin razón

Así que con mi esposa tomamos el curso al mismo tiempo, ya que ambos estábamos con la misma curiosidad (y además nos gusta mucho compartir todas estas cosas) y para nuestro asombro, cuando terminamos Ingeniería Interior, ambos estábamos con la cara llena de lágrimas, lágrimas que no entendíamos, lágrimas que no tenían una aparente razón de ser. Algo más allá de lo que conocíamos y entendíamos se había movido muy profundo. Eso era lo único que podíamos decirnos a nosotros mismos.


En esa época no existía el programa de 7 días de Ingeniería Interior que incluye el Shambhavi Mahamudra Kriya, así que inspirados en nuestra vivencia con el programa de Ingeniería Interior, decidimos hacer el Shambhavi Mahamudra Kriya apenas nos fue posible.

Nos inscribimos nuevamente al programa de forma online y lo tomamos en vivo con Sadhguru, y aunque en un principio no fue fácil permanecer sentados durante varias horas, el día de la iniciación fue algo hermoso e inexplicable.


Fue un día muy largo, pero aún con la espalda muy adolorida cuando la iniciación estaba ocurriendo, parecía que ya no importaba más el dolor. Realmente se generó una distancia entre el cuerpo y lo que yo soy, y entre la mente y lo que yo soy, y aunque no sé qué es lo que soy, definitivamente podía ver que yo no era ninguna de esas cosas, porque las observaba. Observaba el dolor del cuerpo, pero eso no tenía ninguna incidencia en mí. Observaba a mi mente dar vueltas, quejarse, criticar, y a veces agradecer, pero sin embargo tampoco incidía en mí.


Y de nuevo, cuando el programa estaba terminando, al abrir los ojos, nos descubrimos nuevamente llenos de lágrimas sin explicación alguna. La mente había estado dando vueltas de acá para allá, e incluso quejándose constantemente de esto y aquello, entonces, ¿de dónde venían todas estas lágrimas? Definitivamente tocamos algo muy profundo ese día y a partir de allí, mi curiosidad hacia este camino del yoga cada vez es más fuerte.


Y ahora, sigo mi exploración, haciendo programas avanzados y ayudando como voluntario en todo lo que puedo, y el yoga aún no deja de sorprenderme.


1 opmerking


Dayanna Quecano
Dayanna Quecano
10 jul 2024

Gracias por compartir 🙂

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