top of page

Lo finito acaba...

  • Foto del escritor: Kairos
    Kairos
  • 12 jun 2023
  • 7 Min. de lectura

Actualizado: 21 ago 2023

Por Kairos, de Colombia


ree

Todo comienzo tiene su final… así que empecemos por ese final… Nada como una historia de amor… Que termina. La posibilidad de un gran romance, con un hermoso ser humano, destruida por mi propia incapacidad de resolver conflictos, de ofrecer apoyo emocional, de responder a cada situación como esta lo requiere en lugar de reaccionar de un modo volcánico emocional egoísta. Un final que llevó mi mente a un laberinto sin salida; completamente bloqueado no encontraba formas de solucionar nada. Comencé a revisar mi vida y me di cuenta que en realidad mi energía estaba muy baja, mi cuerpo estaba completamente entregado al letargo del escritorio de trabajo, y mi mente… dónde estaba mi mente? Qué quedaba de aquel ingeniero super inteligente ahora reducido a un silencio oscuro. Donde estaban todas mis herramientas? Todas las teorías y filosofías que había aprendido? Hasta la poesía la perdí… Ella, la poesía, me miraba de lejos con una cara larga. Daba vueltas en círculo, como un perro queriendo morder su cola. Veía como mi mente se repetía las mismas cosas una y otra vez, y el agujero se hacía cada vez más profundo y oscuro… Era el momento de pedir ayuda, y el psicólogo escuchaba pacientemente como me enredaba solo. Su silencio y escucha fueron un respiro que me ayudó a ver que había encontrado los límites de una prisión que venía construyendo por más de 40 años. Una nueva misión comenzaba… ¿Cómo salir de esta prisión? Cómo destruir sus murallas para ser inmensamente libre?


Entendía que para salir de mi propia prisión necesitaría nuevas herramientas, ni siquiera conocía cómo era la atmósfera allá afuera, o que tipo de criaturas habitaban allí, en mi caverna conocía bien las sombras, pero eran solo eso… Necesitaba ahora explorar dimensiones más allá de mis sentidos, aprender idiomas de otra naturaleza y sobre todo abrir mi existencia a cualquier gesto, olor, arbusto o estrella. Estarían allí las claves para descubrir mi esencia.


Decidí comenzar esta aventura guiado por las serpientes, al fin y al cabo fueron ellas quienes trajeron al mundo las manzanas, o por lo menos eso conocemos. Son ellas quienes custodian a la Ayahuasca, planta sagrada, abuela visionaria de la selva amazónica. Fue así como la magia comenzó con los sabores de mi tierra. Entré en el mundo de las ceremonias ancestrales, me acerqué a varios chamanes, y con ellos conocí las sagradas plantas de nuestras hermosas selvas, y otras formas de compartir en comunidad con la naturaleza para realzar su magia. Establecí una estrecha amistad con el fuego, y canté frente a él las tonadas que el viento me regalaba mientras miles de personas se sanaban. Recorrí desde las selvas de Ecuador hasta las estepas siberianas viendo hechiceras mover las nubes a su voluntad, y magos aparecer aves en el fuego, pero algo faltaba… Cuando veía a los chamanes en sus situaciones cotidianas, sin su pipa y fuera del temazcal donde sembraban sus rezos por la humanidad, reconocía ese mismo volcán emocional del cual venía huyendo, veía que que más allá de los rezos y los ayunos no había herramientas para un balance emocional sostenible, una paz subterránea que sostuviera el lugar cuando la tierra temblaba… Sostenible era la palabra clave, las energías no mantenían su nivel más allá de las ceremonias y las plantas perdían su poder a los pocos días… Soñaba con que fuera posible encontrar herramientas que pudiera cargar en mi maleta de mano y que pudiera utilizar tanto para el amor como para la guerra, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte me separe… de este cuerpo… Los dragones de Siberia me dieron su bendición para zarpar hacia otros rumbos, giré mis ojos hacia las estrellas buscando una luz.


Había leído que los humanos hemos pintado en el cielo de las noches estrelladas los mitos que reflejan nuestros destinos, y que esas mismas luces coloreaban más que nuestros sueños… ¿Qué mecánicas son estas que permiten a una estrella decidir el color de mi sonrisa o su ausencia en el mes de Marzo, o a un planeta definir el momento para una siembra o la hora para un sacrificio? Me adentré en el mundo de la astrología, quería saborear esos patrones que parecen regir implacablemente nuestra existencia, quizá así descubriría como salirme de ellos. Con mi gusto por las matemáticas y la exactitud, decidí escoger la astrología védica, originaria de la India y con más de 12 mil años de historia, esta ciencia fue mi puerta de entrada hacia la sabiduría de esa cultura milenaria. Quería saber todo sobre los vedas, sobre los yogis, como descubrieron esas misteriosas formas de moverse, como crearon las aleaciones para sus construcciones, qué poderes tenían para saber el color del suelo en la luna, para saber que navegamos el universo en una grandiosa nave a velocidades increíbles, siempre rondando el calorcito de ese sol que nos mantiene vivos… ¿Cuántas vidas requerían para saber aquello? ¿Qué metodologías utilizan para conservar su conocimiento? Olía la primavera…


Estando en esa búsqueda, una dia me llego un link a un video… Ya lo saben… Uno de esos videos que te cambian la vida… En él, un gurú con una barba blanca, un reloj gigante y una sonrisa eléctrica que prometía sembrar fuego para cosechar dragones, me mostraba la posibilidad de verdaderamente ser el dueño de mi propia vida, de sembrar la capacidad de destruir todas las murallas que había construido a mi alrededor. No podía parar de mirar todos sus videos inclusivos y exclusivos, en ellos explicaba con metáforas y ejemplos de hoy todas las enseñanzas de las culturas ancestrales de la India, y con cada broma hilaba un lenguaje coherente que invitaba a una transformación, a una posibilidad, a hacer parte activa de la evolución de la vida en la tierra.


Convencido de sus intenciones y herramientas, decidí seguir el camino de la ingeniería interior. En 7 días aprendí tanto, que mi mirada comenzó a tener la claridad para poner en acción las enseñanzas que venía compilando. Día a día veía como los principios básicos de la ingeniería interior funcionaban apropiadamente para cada situación. Ahora los malentendidos y conflictos eran oro puro para poner a prueba las herramientas de la nueva ingeniería… Era ya el momento de dar el siguiente paso, la iniciación a Shambhavi Mahamudra Kriya.


Era tiempo de pandemia y no era posible hacer la iniciación en vivo, pero muy pronto Sadhguru y el equipo de Isha respondieron con la posibilidad de hacer la iniciación en línea, el siguiente paso ya tenía fecha. Por esos días una amiga vino a visitarme y al poco tiempo comenzó a notar cambios en la forma de moverme, hablar, comer y también a sentir que todos estos cambios la hacían sentir muy bien a ella. Quería saber el secreto! Le compartí esta misma historia y sin dudarlo dijo… ¿Cuándo empiezo? Debo estar lista para la iniciación!


Por motivos logísticos, no es posible hacer la iniciación de un grupo de gente con el mismo computador, es un proceso individual, por lo cual decidimos que ella tendría su iniciación el primer fin de semana y yo el próximo, lo que trajo una increíble sorpresa. El día de su iniciación estábamos cada uno en un cuarto diferente de la casa, ella riendo con Sadhguru y yo explorando las teorías sobre nuestros diferentes cuerpos, pero en un momento sentí el fuego de un latigazo en la base de mi columna, una chispa subía por mi espalda y mi cerebro no podía estar más entre libros… Cerré mis ojos, solté todo y me entregué a ese momento, era mi primer sorbo de eternidad. A la semana siguiente durante mi iniciación, tuve la misma experiencia y sentí que un camino hacia nuevas dimensiones comenzaba, construir mi luz con los colores que yo quisiera, era ahora posible a partir de un silencio…. Y tal vez un par de movimientos al volar.


Los meses siguientes transcurrieron en la compañía de Shambhavi, sentía como si cada mañana me sentara a afinar el instrumento con el que interpretaría la canción para ese día. No solo la cantidad de energía aumentaba, sino que también la calidad de ella tomaba ahora más intensos matices. Entendía que la paz y la calma no eran un fin en sí mismo, sino una plataforma ideal para la posibilidad de vibrar a la altura de mis sueños. El balance de mi cuerpo, de mi mente, de mis emociones era ahora una realidad, jugaba a crear mis propias emociones en lugar de navegar aquellas que antes aparecían accidentalmente, creía yo.


Las paredes de mi prisión temblaban, y luego de un tiempo, tembló también la tierra… Una llamada sonaba todas las alertas, un ser amado estaba en aprietos, la muerte se sentaba al lado de su cama. Mi hermana sufría de un cáncer que de repente parecía acelerar, buscábamos alternativas para su tratamiento, pero nada parecía funcionar y sus fuerzas disminuían cada minuto. En esta carrera contra el tiempo, las ruedas del engranaje que rige nuestras acciones inconscientes tomaba cada vez más fuerza, y las reacciones emocionales se apoderaban de toda la familia, solo había espacio para el miedo, la tristeza, la frustración.


Mi sensibilidad, cada vez más aguda, podía sentir el dolor físico de mi hermana, el dolor en el pecho de mis padres y mi hermano; pero el balance y la claridad que estaba construyendo con mis prácticas me permitía mantener la calma y ser un soporte en cada situación. Aquello que sentía necesario en el momento era la guía para todas mis acciones. Viajé a acompañar físicamente a mi madre, mi hermana y su hija… En el día la pasábamos entre hospitales y a solas en la noche podía compartir con mi hermana aquello que nadie más quería mencionar, la posibilidad latente de su último suspiro… ¿Qué seguiría? ¿Cómo sería ese último paso? Qué pasaría con los que se quedan, con su cuerpo, con su hija… Y en todos estos momentos me acompañaba esa calma sabor a infinito, aquella que me permitía ser una posibilidad en medio de la tormenta. A los pocos días, mi hermana se fue a las estrellas rodeada de unión, paz y mucho amor, en familia, y gracias a mi nuevo estado de ser, pude disfrutar a su lado los últimos días de su existencia, en lugar de sufrir por ser este un último encuentro. Para mi el vaso estaba medio lleno, en lugar de estar medio vacío, agradezco su sonrisa, sus cantos y todos esos momentos.


De vuelta en casa y con el corazón lleno de amor, sentí que mis nuevas herramientas son a prueba de huracanes, que la posibilidad de ser una presencia que permite, es cada vez más latente, y que la ingeniería interior me permite crear universos cada vez más coloridos que manifiestan sabores y aromas de otras dimensiones. Con la curiosidad cada vez más grande ante el poder maravilloso de la creación, tomo a sorbos este comienzo y sigo imparable en esta búsqueda que no tiene fin.


댓글 1개


Uldy Figueredo
Uldy Figueredo
2023년 6월 13일

Qué historia tan hermosa, Kairos! Tu manera de escribir es como la de un poeta. No pude evitar llorar, pero fue de alegría. La forma en que describes los últimos días con tu hermana es verdaderamente hermosa. No cabe duda de que la ingeniería interior es capaz de transformar incluso la muerte para aquellos que creen que al sembrar fuego se cosechan dragones. Leería cualquier cosa que escribas sobre tus exploraciones antes y después de Ingeniería Interior. Tu prosa me sabe a vida y nuestras raíces del realismo mágico nos conectan, ahora más que nunca. Eres real y mágico en ti y en mí. ¡Namaskara!

좋아요

© Coleccionando historias transformasdoras desde 2023

bottom of page