Recordando a Jane Goodall
- Daliana Alba

- 2 oct
- 3 Min. de lectura
Un legado vivo entre chimpancés, macacos y la Tierra

El 1 de octubre de 2025 el mundo perdió a una de sus voces más luminosas: la Dra. Jane Goodall, quien a lo largo de más de seis décadas transformó nuestra comprensión sobre los chimpancés y, más aún, sobre nuestra relación con la vida misma. Tenía 91 años y hasta el final habló con claridad, pasión y esperanza.
En uno de sus últimos mensajes, invitó a todos a unirnos al movimiento Planeta consiente - Salvemos el Suelo (Conscious Planet – Save Soil), diciendo:
“Sabemos lo que debemos hacer, así que hagámoslo realidad.”
Estas palabras no solo resuenan en quienes trabajamos por un planeta más consciente, sino que cobran vida en las experiencias cotidianas que nos recuerdan la profunda interconexión entre todos los seres.

Un encuentro inesperado con una familia de macacos
Hace unos días, mientras caminaba en el Isha Yoga Center en el sur de India, experimenté algo que inmediatamente me conectó con el espíritu de Jane.
Subía a la azotea de mi edificio para recoger la ropa, cuando sentí la presencia de monos. Seguí mi camino hasta que un macho macaco se levantó sobre dos patas y se dirigió hacia mí. Instintivamente retrocedí unos pasos, pero pronto noté algo sorprendente: no había agresión en su mirada, ni en sus gestos.
Me tomó suavemente del pantalón con sus patas delanteras, como pidiéndome que no avanzara más. Sus ojos verde avellana no mostraban miedo ni violencia, sino una súplica silenciosa. Me senté en el suelo, bajando mi energía, y le hablé con suavidad. Él se relajó, incluso me mostró su panza en señal de confianza.
Fue entonces cuando vi lo que protegía: una familia entera de macacos, con al menos diez hembras y sus crías. Me di cuenta de que me estaba pidiendo respeto por su espacio, por su comunidad.
Poco a poco comenzaron a cruzar al otro lado. Una de las hembras incluso se acercó hasta quedar a menos de dos metros, mostrándome a su pequeño bebé y escuchando mi voz juguetona durante un buen rato.
Regresé sin la ropa limpia, pero con algo infinitamente más valioso: una experiencia de confianza mutua, de comunicación más allá de las palabras, de conexión con la vida.

El mensaje de Jane y la llamada del planeta
Mientras vivía ese momento, pensé en Jane Goodall: en su paciencia infinita observando a los chimpancés en Tanzania, en su valentía para mostrar al mundo que los animales no son “objetos de estudio”, sino seres con emociones, vínculos y dignidad.
Hoy, al recordarla, siento que su legado no se limita a los chimpancés, sino que se extiende a todas las formas de vida —incluso a esos macacos que se convirtieron en mis maestros por unos minutos.
Jane nos enseñó que todo está interconectado, y la ciencia actual lo confirma: la salud del suelo determina la salud de plantas, animales y humanos. Proteger el suelo es proteger la vida.
Honrar su legado con acción consciente
La mejor manera de honrar a Jane Goodall es escuchar su llamado: unirnos al movimiento por salvar el suelo, regenerar la tierra y garantizar que la diversidad de vida que tanto amó pueda florecer para las generaciones futuras.
Ella confió en nosotros, como los macacos confiaron en mí ese día. Ahora es nuestro turno de demostrar que podemos responder con consciencia, compasión y acción.
Porque, como decía Jane:
“Sabemos lo que debemos hacer, ¡así que hagámoslo realidad!”





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